En mi trayectoria profesional he podido comprobar que el estado psicológico tiene una enorme influencia en la consecución de resultados y, por supuesto, en el rendimiento. Es decir, la conexión mente-cuerpo tiene mucha importancia en nuestro bienestar general.
Cómo nos comunicamos con nosotros y con los demás, la autocrítica, la forma de evaluarnos y las expectativas son aspectos que forman parte de nuestro día a día y que aumentan o disminuyen las probabilidades de lograr nuestras metas.
Por esta razón, desarrollar ciertas habilidades, estrategias o recursos son esenciales para crecer y evolucionar en los ámbitos más importantes de la vida.